Batalla Naval
La transición entre los siglos XVIII y XIX vino marcada en Europa por la expansión de la reciente República de Francia llevada a cabo por Napoleón. Los planes expansionistas de Bonaparte tropezaron en aguas del océano con la Marina inglesa, originando los mayores enfrentamientos navales de la historia que culminaron en la batalla de Trafalgar. Tras la derrota de los franceses, Inglaterra asentó su hegemonía en el mar durante los siguientes cien años.
Inglaterra impuso el primer retroceso a los planes expansionistas de Napoleón en Abukir, en la costa de Alejandría, en la que se denominó batalla del Nilo. Tras una intensa persecución por el Mediterráneo, la flota de Nelson alcanzó por sorpresa a la francesa, obteniendo una victoria que desbarató los planes asiáticos del general francés y tuvo una enorme repercusión política en Europa. Para Nelson supuso la gloria y la demostración ante el mundo entero de su valor y de sus dotes de excepcional estratega.
Los planes marítimos de Napoleón sufrieron otro revés cuando la flota danesa fue derrotada en aguas de Copenhague. La reacción inglesa a la formación de la Liga de Neutralidad Armada, una asociación integrada por Francia entre Rusia, Prusia, Suecia y Dinamarca, fue consolidar e imponer el poder de la Royal Navy en los mares de Europa. La batalla fue otro osado triunfo de Nelson, quien se salvó de un consejo de guerra al desobedecer las órdenes de su almirante en jefe.
Al fracasar su estrategia en el Báltico, Napoleón empezó a planificar la invasión de Gran Bretaña por el paso de Caláis. Ante el peligro que suponía el Ejército francés, concentrado principalmente en Boulogne, el gobierno inglés decidió utilizar su superioridad en el mar para bloquear a la flota francesa en sus puertos de base. En la primavera de 1803, la tensión creció hasta desembarcar en la batalla de Trafalgar casi dos años y medio más tarde.
Tras liberarse por segunda vez del bloqueo de Tolón, Villeneuve logró reunirse con la escuadra española y ejecutar el plan de Napoleón para confundir a la Royal Navy. Sin embargo, la flota francoespañola, tras atravesar el Atlántico e intentar liberar el puerto de Brest sin conseguirlo, acabó en Cádiz bloqueada por Nelson. Su precipitada salida a la mar llevó a la gran batalla de Trafalgar, donde su derrota fue total. Tras ella, Inglaterra se reafirmó como la gran potencia naval del siglo XIX.
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